Cuaderno de Escaladas

«A pesar de que, por aquel entonces, ya se empezaba a abrir alguna vía equipándola desde arriba, Daniel y Luiso tenían bastante clara su postura a este respecto: en su intento de vía al Yelmo entrarían desde abajo.»

«Nosotros cubicábamos las vías y no parábamos hasta terminarlas. Nunca se nos ocurrio descolgarnos y rapelar las paredes para hacer nada. Actualmente, Daniel sigue abriendo vías, y lo sigue haciendo desde abajo. Ese era y sigue siendo, nuestro juego.»

«La vía sigue un camino en el que, dentro de la dificultad, a base de viras y regletas, se busca la progresión lógica.»

«Daniel sacaba fotos de las paredes, y las estudiaba con una lupa, haciendo medidas y calculos de distancias. Era muy raro que un largo no saliera como él lo había proyectado.»

«En aquel momento, para nosotros, intentar abrir esta vía suponía un tabú. Y al final, a base de moral y sacrificio, logramos vencerlo.»

«Excepto las reuniones, que, eso si, eran muy seguras, el resto de la vía era mas o menos en libre, y casi sin seguros intermedios. Un pire podía resultar fatal, pero, gracias a Dios, nunca nos caíamos.»

«Así la abrimos, y creo que así debería ser respetada.
La escalada deportiva es un buen medio de entrenamiento, pero el que no sale de ahí se pierde todo un mundo que es mucho mas importante. Un mundo mas alpino, mas rico en vivencias entre la gente; vivencias como las que pueden surgir una noche en un vivac, alrededor de una lumbre. Eso es algo que no te lo da Patones.»