A finales de agosto quedamos para echar el día en la zona de la Ermita de la Virgen de la Nueva, en San martín de Valdeiglesias. Cuando llegamos ya están por allí Carlos, Samadi y Pablo, más tarde se nos unirán Sem y Marta que tenían lio a primera hora.
Llegamos muy prontito para pillar la fresca y aprovechamos para ir a algún sector soleado mientras el sol no pegue demasiado.
Empezamos por el sector Romería III, a to’el solazo, mientras se pueda. Creo que hacía unos mil años que no escalábamos en este sector, que es de los primeros que te encuentras saliendo del aparcamiento. Allí hacemos tres vías facilitas para ir calentando.
«La chincheta» (IVº), la de más a la izquierda de todas, y situada a la derecha de un diedro con bloques con pinta de rotos. «La musgoplaca» (V+) por el centro de la pared, con el inicio más fino, canto intermedio y una plaquilla interesante por arriba. Pablo y Samadi dándole sendos pegues.
Y para cerrar el sector el «Techo de la cornicabra» (Vº), a la derecha del todo, que como ya avisa el nombre supera un pequeño techito en la parte de arriba con mucho canto.
Cuando el sol empieza a calentar nos movemos al cercano sector Romería II que aún esta en sombra.
Aunque ya hay un par de cordadas están en las vías de la izquierda y nos acoplamos en la de más a la derecha «La Cisura Pasamoa» (6a+), que probamos los cinco.
Después, cuando se queda libre, vamos a la vía de más a la izquierda «La naranja mecánica» (6a) que tiene un par de pasitos finos nada más empezar, pero acaba siendo más fácil por la parte de arriba. Yo creo que la empecé demasiado a la izquierda, ahora en casa viendo el croquis parece que iba más por el filo central.
Esta solo la probamos Pablo y yo, los demás nos han oído resoplar (bueno, realmente solo a mí, pues Pablo la ha subido como un tiro) y deciden hacer un turnopasa.
También llega el sol a este sector y nos volvemos a mover, esta vez al sector Barrio Sésamo, que tiene vías fáciles y cortas, pero han equipado hace poco algunas vías más a la izquierda, algo más largas, y aunque son discontinuas tienen algún pasito interesante.
Pablo se anima a poner las cintas en una de las más largas que vemos. Desconocemos los nombres y los grados de estas vías.
Cerca del final de la vía hay un paso que se le resiste y tras probar varios intentos se baja para no reventarse, que nos queda mucho día todavía.
La probamos todos, pero ninguno es capaz de superar la salida del desplomín y finalmente (todos) nos tenemos que escapar por la izquierda para llegar a la reunión, hasta Sem en el que habíamos puesto nuestras esperanzas…
Luego le damos a la vía de la de la derecha que tiene un paso también durete a la mitad, de esos de quedarte con las piernas colgando, pero tiene mucho canto y se puede pasar sin hacer trampas.
De nuevo empiezan a llegar rayitos de sol poco a poco y volvemos a ponernos en marcha, seguimos rodeando el Cerro Almodón en busca de la sombra. Pasamos de largo el sector Peonias y el sector Vergel.
Hay un montón de vías por aquí, pero Sem nos quiere llevar a un sector en el que ya ha estado y cree que nos gustará, además por aquí hay bastante gente (aunque en vías dispersas) y preferimos estar a nuestra bola, aparte de que somos unos cuantos, vamos con dos perros, Martín (un chihuahua) y Runa (una cocker), esta última está como una chota, así que mejor tener «nuestro espacio».
Al poco rato de andar (menos de 10 minutos) llegamos al sector Vacaciones en el mar, vemos una zona donde no hay gente y nos acoplamos.
A nuestra izquierda en una placa interesante hay una cordada, que parecen estar terminando. De momento le damos a un par de vías que tenemos enfrente y luego nos moveremos a esa placa cuando quede libre.
Sem ataca una placa que encadena sin muchas complicaciones, «Pasto del ganao» (6a).
Yo he visto al lado una chimenea adiedrada que me llama la atención para darle con seguros flotantes. Parece fácil y sencilla de proteger, aunque algunos bloques tienen pinta de inestables, pero me pueden las ganas y me meto.
Luego por arriba salgo por «Pasto del ganao», que está justo a la derecha, para desde la reunión poder desmontar todo el tinglado.
Sem quiere probar una a la derecha de «Pasto del Ganao» con nombre motivador «Empotramiento fatídico» (6b). Marta le asegura y se mete a saco, pero la llegada a la reunión se le resiste y esta no la puede encadenar.
Mientras, las vías de al lado se han quedado libres y Jara pone las cintas en la de la izquierda de la placa, «Volando entre bloques» (V+). Tras Jara, Samadi y después Pablo le dan sus respectivos pegues.
Uno tras otro vamos pasando por «Volando entre bloques» y la verdad es que cuando me llega el turno compruebo que es mu agradecida de escalar y que, aunque tiene canto, hay que ir buscándolo y colocarse bien.
Para acabar el día Sem prueba la de la derecha «El quiosco de Abel» (V+) que tiene más canto y más pies que la anterior. Aprovecho y me quedo arriba para tirar unas fotos, aunque desde arriba se ven más los cazos que tiene y las fotos no impresionan tanto como me esperaba.
Convencemos a Marta para darle a «Volando…» que se iba a ir sin probarla y cuando acaba desmonta todo y comemos algo rápido mientras decidimos si bajar al pantano a darnos un baño.
Algunos queríamos bajar desde aquí directamente, pero hay una buena cuesta y poco camino, y nos dejamos convencer para ir con el coche a un aparcamiento que hay enfrente, con bar, refrescos a precio de oro y muchísima más gente.
Un bañito (solo los valientes) y poco más, que llevamos todo el día en danza y el cuerpo hace rato que dijo basta.
Subimos la cuesta hasta el aparcamiento (¡y como cuesta!) y nos emplazamos para dentro de un mes y medio, cuando nos cuadra a todos, para ir a dormir al Yelmo de La Pedriza, que llevamos meses diciéndolo pero no nos acabábamos de animar.
Ahora solo falta que no llueva ese finde.
Buena paliza, al final han sido 10 vías, que para lo mataos que estamos últimamente no está nada mal.
Aupa!