Tras la visita del viernes furtivo de marzo, nos quedamos con ganas de probar las vías del muro principal del Cancho de los Brezos, aquellas que hacía unos veinte añitos que no catábamos. Pocas semanas después, en abril, regresamos.
Repetimos los mismos integrantes de cordada de la última visita; Carlos, Jara y yo, pero esta vez también se apunta Sem, así podemos hacer dos cordadas e ir más ligeritos, además hacía años que no le veíamos y teníamos ganas ya.
Llegamos pronto a la barrera de acceso a Canto Cochino, pero sorprendentemente está ya cerrada y hay un par de coches delante nuestro esperando para entrar. Sem ha sido hábil, ha pasado la barrera hace unos minutos y nos espera unos metros pasada esta, con lo que aparcamos fuera y pasamos la barrera andando hasta el pequeño coche de Sem en el que nos metemos como sardinas en lata, pero sin pena.
El primer aparcamiento está hasta arriba, vamos hasta el segundo donde dejamos el coche, cuzamos el puente y siguiendo el curso del río vamos hasta el segundo puente del otro aparcamiento, lo cruzamos, remontamos el Arroyo de la Majadilla hasta el desvío del Cancho de los Brezos y emprendemos la subida.
En un ratín llegamos a la pradera del Barranco de los Huertos y subimos a las placas principales del Cancho de los Brezos donde comprobamos que no hay nadie. Sin demora nos ponemos al lío y vamos dándole a un par de vías.
Carlos y Sem empiezan por la más fácil del paño, «La niña incordio (V+)», que comienza por una veta diagonal a izquierdas y sigue recto por placa hasta la reunión, vía equipada en 1983 por Julián Fernández y Miguel Hidalgo.
Jara y yo empezamos por «Cuestolandia (6a)», abierta por Josechu Jimeno en 1987, que discurre a la izquierda de «La niña incordio» y que tiene algunos alejes interesantes… Tan interesantes que me pego un vuelo en la parte de arriba de 6 o 7 metros la mar de didáctico: yo corro y corro hacia abajo encarando la placa, pero la gravedad corre más que yo, y acabo con el culo en la placa y las piernas hacia arriba. Hacía mucho tiempo que no me pegaba un vuelo así de largo y es el primero con aterrizaje en culetada, ¡que dolor! Creo que me llevaban demasiado sueltecito, pero desde abajo me dicen que no, no se yo…
Sem y Carlos se meten en la vía de su derecha, «Editorial Aguado (6a)», equipada con químicos en 1993 por Pablo London, recomendable según la Guía de Escalada de Barrabes, la «Biblia» de La Pedriza, donde he consultado grados.
Jara y yo también la probamos y comprobamos que la Biblia no miente, muy recomendable.
En mi turno me paro a mitad de vía y me entretengo tirando unas fotos a Sem en «Phoenix (6a)» a la derecha de «Editorial Aguado» hasta que me adelanta.
Termino la vía tranquilamente y me quedo arriba para echarle unas fotos a Jara en esa misma vía mientras es asegurada por Sem.
Y Sem, que también quiere foto para el Tinder, no se la vamos a negar… 😉
Desmontamos todo y les comento a estos que si han hecho la «Sopa de Gafas (6a)», vía que me encanta y habré hecho mas de veinte veces. Ante su negativa no podemos irnos sin que la prueben y allá nos dirigimos.
Sem se anima el primero y metiendo un par de cacharritos en la fisura inicial le da unos pegues hasta que vuela.
No ceja en su empeño y la prueba y reprueba, cuando ya está apunto de salir y tiene los pies encima de la fisura horizontal se le rompe un canto del pie y se pega otro buen vuelo . Aún así prueba un par de intentos más, pero se le enciende la luz de «batería baja» y le queda pendiente el encadenarla, para la próxima.
También la prueba Carlos de segundo, pero anda con dolores en el brazo derecho y no quiere forzar mucho. Ahora mismo, mientras escribo esto, con diagnostico de epicondilitis ya confirmado, lleva un par de meses sin escalar esperando la recuperación total… ¡Esperamos que sea pronto, amigo!
Y poco mas, comemos algo, recogemos los bártulos y de vuelta a la civilización.
¡Un placer chicos! ¡Hasta la próxima!
Aupa!
